Son muchas las razas de perro existentes, cada cual más bonita y más adecuada para determinados hogares, y muchas de ellas se caracterizan por su origen histórico y el lugar del que proceden. Nuestro país no es diferente en ello.
Vamos a repasar hoy algunas de las razas de perros autóctonas de España, aprobadas todas ellas por la Federación Cinológica Internacional (Fédération Cynologique Internationale). ¿Las conoces?
Mastín español
Uno de esos perros tiernos y bonachones, que al mismo tiempo es un excelente perro guardián, es el mastín español. Con una altura de entre los 72 y los 77 centímetros, su pelo grueso y abundante, y un carácter fuerte e inteligente, cuenta con una esperanza de vida de alrededor de 10 años.
Dice la leyenda que el mastín español llegó a España hace milenios de la mano de griegos y fenicios, y que pronto fue adaptado a la actividad ganadera, para guardar al ganado y ahuyentar a los lobos. Luego, se convirtió también en un fabuloso perro guardián y siempre es un leal compañero de la familia. Tiene un fuerte sentido de la territorialidad y no te fallará nunca.
Presa canario
Otro perro guardián impresionante es el presa canario. Se trata de un perro elegante y de musculatura potente, con un pelaje corto y duro. Originario de las islas de Gran Canaria y Tenerife, los antepasados del presa canario son los perros majoreros de época prehispánica. Fue a partir del siglo XVIII cuando la raza se desarrolló tal y como ahora la conocemos.
Esta raza de perros es obediente, fácil de enseñar y, aunque es cariñoso con los de casa, no así con los extraños. Si no es educado de la manera adecuada y está en manos de un dueño experto, puede convertirse en un animal muy peligroso. De hecho, el presa canario es uno de los considerados perros potencialmente peligrosos en el Real Decreto 287/2002, por el que se desarrolla la Ley 50/1999, de 23 de diciembre, sobre el régimen jurídico de la tenencia de animales potencialmente peligrosos.
Pastor mallorquín
El pastor mallorquín o Ca de Bestiar es otro de esos perros españoles preciosos, valientes y con un carácter afectuoso y fiel. Originario de la isla balear de Mallorca, existen varias teorías sobre su origen. Hay quien dice que es el resultado del cruce entre perros de la península con los de las razas autóctonas de las islas, como son el perro de presa mallorquín y el podenco ibicenco, pero otros creen que procede de los perros de guerra egipcios.
Con una altura de entre 66 y 73 centímetros, y alrededor de 40 kilogramos, de pelo negro y musculoso, el pastor mallorquín ha sido empleado tradicionalmente como guardián de rebaños. Pero esta raza inteligente también es perfecta como perro guardián y para guiar otro tipo de animales como cerdos, caballos, vacas o cabras.
Galgo español
El galgo español es otro de los perros autóctonos del país más característicos. Se considera que es descendiente de los perros egipcios y ya se encuentran registros de su existencia en España desde el siglo II a. C.
Se trata de perros elegantes y dóciles, con un carácter tranquilo, que les encanta estar todo el día durmiendo. Además, les gusta estar siempre acompañados, se llevan bien con los gatos y otros perros, y adoran a los niños.
Podenco canario
Con origen en las islas Canarias, el podenco canario es uno más de los perros españoles más antiguos. Se ha utilizado a menudo para cazar conejo y se le considera un perro de rastro excelente, gracias a sus excelentes sentidos.
Son perros de un tamaño medio y una altura entre 55 y 64 centímetros, además de poseer un pelaje corto y denso que va con tonalidades del naranja al caoba. Los podencos canarios son nerviosos y no paran quietos, aunque su carácter es dócil y leal. Y siempre que lo socialices desde cachorro, se relaciona estupendamente con las personas y otros perros.
Perro de agua español
El perro de agua español, con su característico pelaje lanoso, está estrechamente relacionado con otras razas similares de Europa, como la del francés barbet, la del italiano lagotto romagnolo y el perro de agua portugués.
El perro de agua español se ha usado tradicionalmente para cuidar del ganado, como ovejas y cabras, además de ayudar a los pescadores a recoger las redes o a recuperar objetos que caían del barco. Es robusto, con una altura entre 44 y 50 centímetros, y un carácter juguetón, alegre, sociable y obediente, perfecto para vivir en familia.
Se trata de un perro ladrador y apenas le cae el pelo. Además, es un perro muy obediente y fácil de educar, al que le encantará jugar con los niños, ir de paseo y estar pendiente de que su particular rebaño familiar no se disgregue.
